... era el mayor de los cuatro perros que teníamos en casa. 17 años aproximadamente, 15 desde que lo encontramos y lo adoptamos en casa. En esta foto lo veis con alguno de sus colegas, este verano a la hora de la cena. El pobre tenía la cola metida en el bebedero y le daba igual. Seguro que había alguien con algo de comer en la mano... ahí es donde está mirando.
Ya se había quedado prácticamente ciego y sordo, pero era un abuelete feliz y, aunque se pasaba la mayor parte del día durmiendo, había que verlo festejar corriendo y ladrando cuando llegábamos a casa o cuando tocaba "la hora de la pastilla" (el geriátrico perruno es lo que tiene, que por la mañana y por la noche hay que darle alguna medicación a cada uno para sus achaques...) y llamando al "ascensor" cada vez que quería subir o bajar las escaleras. Me explico: la casa de mis padres tiene dos plantas, y cuando Pipo empezó a quedarse ciego, le daba miedo bajarlas, porque no veía los escalones y acababa rodando... y más adelante le costaba un cuarto de hora subirlas... así que aprendió que, ladrando al pie de la escalera, alguno acabábamos por ir a llevarle en brazos...
Ayer llegó su hora... y ya le estoy echando de menos.
Lamento ponerme "melodramática" hoy, pero es como me siento... por lo demás... espero que pilleis algún pellizquito en la Lotería... y si no, SALUD para todas:
Un beso,
Macarena
Ya se había quedado prácticamente ciego y sordo, pero era un abuelete feliz y, aunque se pasaba la mayor parte del día durmiendo, había que verlo festejar corriendo y ladrando cuando llegábamos a casa o cuando tocaba "la hora de la pastilla" (el geriátrico perruno es lo que tiene, que por la mañana y por la noche hay que darle alguna medicación a cada uno para sus achaques...) y llamando al "ascensor" cada vez que quería subir o bajar las escaleras. Me explico: la casa de mis padres tiene dos plantas, y cuando Pipo empezó a quedarse ciego, le daba miedo bajarlas, porque no veía los escalones y acababa rodando... y más adelante le costaba un cuarto de hora subirlas... así que aprendió que, ladrando al pie de la escalera, alguno acabábamos por ir a llevarle en brazos...
Ayer llegó su hora... y ya le estoy echando de menos.
Lamento ponerme "melodramática" hoy, pero es como me siento... por lo demás... espero que pilleis algún pellizquito en la Lotería... y si no, SALUD para todas:
Un beso,
Macarena
Lo siento muchísimo mi niña, te mando una brazo enooooorme!!!
ResponderEliminarBesazos.
Carmen.
Preciosa cuanto lo siento.El estara feliz en el cielo de los perros donde seguro que alli puede ver todos los escalones que haya . Un abrazo enorme. May..
ResponderEliminarGracias, chicas...
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