Llevaba ya un tiempo con unas ganas locas de enseñaros estas invitaciones de boda:
Cuando Sandra y Carlos me dijeron que querían que las invitaciones de su boda las hiciera yo, porque les gustaban mucho las que habian visto hasta ahora en el blog, me hizo mucha ilusión (no sólo por la confianza, sino porque los conozco, y siempre mola más hacer las invitaciones para amigos y familiares)... Pero ya cuando me dijeron que no tenían nada claro lo que querían, es que me hicieron chiribitas los ojos!
Empecé a frotarme las manos así en plan Sr. Burns... porque cuando hablaron conmigo, sólo tenían claro que no querían la típica invitación clásica y que se iban de luna de miel a Japón. Habían ido a una expo de bodas, y habían visto cosas... un sobre con un mapamundi, algo de color azul... Y de ahí salió la idea de hacer las invitaciones de boda en forma de tarjeta de embarque. Y es que cuando alguien no tiene claro lo que quiere, pueden pasar dos cosas... o que te vuelvan loca, o que te den vía libre para hacer algo superchulo. Y este era uno de esos últimos (y maravillosos) casos.
Luego únicamente hubo que mirar y mirar fotos de tarjetas de embarque en internet, y ver qué se podía colocar dónde... Tengo claro que los novios han quedado encantados con el resultado. Ahora ya sólo falta que me cuenten si los invitados les han dicho algo, que siempre hace ilusión... Y es que yo se las di hace un mes... pero no quería publicarlas hasta que las hubieran enviado, no le fuéramos a chafar la sorpresa a algún invitado.
Y a vosotros... ¿Os han gustado?
Cuando Sandra y Carlos me dijeron que querían que las invitaciones de su boda las hiciera yo, porque les gustaban mucho las que habian visto hasta ahora en el blog, me hizo mucha ilusión (no sólo por la confianza, sino porque los conozco, y siempre mola más hacer las invitaciones para amigos y familiares)... Pero ya cuando me dijeron que no tenían nada claro lo que querían, es que me hicieron chiribitas los ojos!
Empecé a frotarme las manos así en plan Sr. Burns... porque cuando hablaron conmigo, sólo tenían claro que no querían la típica invitación clásica y que se iban de luna de miel a Japón. Habían ido a una expo de bodas, y habían visto cosas... un sobre con un mapamundi, algo de color azul... Y de ahí salió la idea de hacer las invitaciones de boda en forma de tarjeta de embarque. Y es que cuando alguien no tiene claro lo que quiere, pueden pasar dos cosas... o que te vuelvan loca, o que te den vía libre para hacer algo superchulo. Y este era uno de esos últimos (y maravillosos) casos.
Luego únicamente hubo que mirar y mirar fotos de tarjetas de embarque en internet, y ver qué se podía colocar dónde... Tengo claro que los novios han quedado encantados con el resultado. Ahora ya sólo falta que me cuenten si los invitados les han dicho algo, que siempre hace ilusión... Y es que yo se las di hace un mes... pero no quería publicarlas hasta que las hubieran enviado, no le fuéramos a chafar la sorpresa a algún invitado.
Y a vosotros... ¿Os han gustado?
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